Principios

  • Derecho a vivienda

    El Derecho universal a una vivienda, digna y adecuada, como uno de los derechos humanos, aparece recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

    Artículo 25.1
    Declaración Universal de los Derechos Humanos: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
  • Diseño universal

    Los espacios deben ser diseñados para los individuos que los habiten y para el tipo de actividades que en ellos se desarrollen. Desde esta perspectiva, los espacios pueden ser empleados por todos de forma idéntica o equivalente, independientemente de sus características, sin ningún tipo de segregación ni exclusión por sus condiciones personales. No existirán elementos exclusivos y diferenciadores para personas con discapacidad, sino que todos los ambientes acogerán la diversidad de todos los individuos.

    Esta necesidad de universalizar los entornos no choca con las necesidades específicas e individuales de las personas; un espacio diseñado con este tipo de criterios puede ser adaptable a acomodarse a las características únicas y exclusivas de cada individuo, propiciando así que las personas desempeñen sus actividades cotidianas libremente elegidas, de forma autónoma y facilitadas por el entorno en el que se desarrollan.

  • Comunidad

    Los seres humanos somos seres sociales. Nuestra actividad diaria está especialmente influenciada por la comunidad a la que pertenecemos, las relaciones que establecemos y, en definitiva, los roles sociales que nos atribuimos. Formamos parte de un tejido social en el que influimos y participamos de forma activa, sobre el que tenemos nuestra responsabilidad, pero que también influye sobre nuestra vida.

    Diversidad funcional e inclusión social van de la mano en un mundo en el que todas las personas somos diversas.

    El objetivo último de las actividades que realizamos es la participación social, que nos reporta satisfacción y bienestar. La vivienda en la que desarrollamos nuestras actividades más básicas e íntimas no puede ignorar este componente social de los individuos; también debe impulsar la convivencia entre individuos y grupos, y posibilitar el apoyo y la participación comunitaria.

  • Sostenibilidad

    Los principios de sostenibilidad económica, social y ecológica están presentes en nuestra filosofía de trabajo. El acto de construir y edificar genera un gran impacto en el medio que nos rodea. Perseguiremos en este proyecto minimizarlos en la medida de lo posible, ayudando a crear un desarrollo sostenible que no contribuya a agotar el planeta.

    Nos gustaría relacionar de un modo armónico las aplicaciones tecnológicas, los aspectos funcionales y estéticos, y la vinculación con el entorno (natural o urbana) de la vivienda. De este modo intentaremos conseguir uno de nuestros objetivos, lo de lograr hábitats que respondan a las necesidades humanas en condiciones saludables, sostenibles e integradoras.